25 enero, 2013

Jamie.

Para poder comenzar de una buena manera, ni siquiera sé porque estoy escribiendo esto, podría empezar contando mi historia y despues sentirme bien conmigo misma, pero no es todo así de fácil. 
 Solo voy a empezar por hablar de mis vacaciones: Nos hospedamos en un hotel bastante grande, la gente iba y venía por todos lados. Nos tocó quedarnos en el último piso, el segundo, no había ascensor y estábamos llenas de valijas. 
 Una tarde volviendo de un lago que estaba cerca de nuestro hotel, me crucé con un chico... alto, castaño y muy serio, llevaba puesta la camiseta de su equipo. No se si vos (si alguien llega a leer esto) te fijas mucho en las personas, pero a mí me encanta mirarlas cuando pasan, como caminan, como se ríen, como miran a las demás. Él solo caminaba como un chico común, no reía, su mirada no expresaba nada. Era raro, solo me miró con una cara de pocos amigos y luego de eso se subió a una pequeña camioneta con su familia.
 Solo lo veía en el almuerzo y en la cena, la hora del desayuno era demasiado temprano para él supongo. Se encontraba a dos mesas para adelante a partir de la mía, sonreía muy poco y tampoco hablaba. Me propuse que si llegaba a ver hacía mi mesa y me encontraba a ver en ella podría saludarlo y sonreirle, una vez leí que a veces podes llegar a alegrarle el día a alguien si le sonríe un extraño, desde entonces no paro de sonreír, se lo que se siente sentirte solo, quizá él solo necesitaba una sonrisa. Nunca miró a mi mesa o por lo menos lo que yo vi  Él era lindo, tenía lindas facciones. Yo ya había aceptado de que él es de esas personas que solo ves una vez en la vida y, al pasar los años solo lo olvidas, me deprimió un poco al pensar eso.  
 Mal día, mi amiga (la que había venido conmigo) se dio cuenta de su existencia, hasta ese momento él era solo mi pequeño secreto. También nos dimos cuenta de algo, su habitación se encontraba en el mismo pasillo que el nuestro. Creo que ella realmente se enamoró de él porque no había ni un segundo en el que no hablara acerca de él y que tan parecido era con Jamie Cook (Jamie, su nuevo sobrenombre). 
 Realmente no me molestaba, creo que soy demasiado leal como para que me moleste algo que diga una amiga acerca de algún chico, no quería que se convirtiera en una rivalidad por una persona que ninguna de las dos conocía y que posiblemente nunca lo haríamos. Además de eso, él no me gustaba de esa manera. 
 Una noche, después de la cena nos dedicamos a jugar a las cartas en la sala común del hotel. Fue una gran sorpresa verlo sentado con un gran grupo de chicos que lo único que hacían era ignorarnos. En realidad lo que me sorprendió fue que él estuviera hablando con otra persona que no fueran sus hermanos, por primera vez ví que sus comisuras se levantaban, Jamie solo sonría de una manera avergonzada. Yo solo leía, creo que estoy acostumbrada a ser invisible o algo así, soy más marginada de lo que me gustaría. 
 Una gran cantidad de chicas estaba alrededor de él, mi amiga solo hervía de la rabia que tenía. En algún punto no muy fácil de encontrar creo que a mí me molesto un poco eso. Al rato ellos se fueron y no lo volví a ver hasta la mañana siguiente. Se veía diferente, era alguien nuevo. Ahora me sentía muy saqueada pero decidí no darle importancia. 
 Había dos chicas más conmigo, ellas eran el problema... bueno, no ellas sino ellos, ese grupo y su manera de prejuzgar a las personas. El problema no era conmigo, era con ellas. Una vez más, invisible. El día que fuimos al lago, ese grupo también estaban, compartí la idea de hablar con ellos para que se den cuenta de que estaban equivocados, no conmigo sino con ellas. Jamie estaba en ese grupo, el solo le sonreía a su grupo. No creo que él fuera esa clase de chico que crea problemas internos, pero nada es lo que parece... algunos dicen, sigo en pie de que él no es de esos chicos.
 Por más que hayamos hablado con algunos de los chicos de ese grupo, los lideres... solo por darles un nombre, el problema no se pudo solucionar quizá lo hiso solo un poco. Me quedé con ellos por unos momentos, mi amiga no se quería acercar. Ella es de esas chicas tímidas, a diferencia de mí creo que tengo una gran capacidad para hablar con las personas con las que ya tomé confianza. Esa tarde ella lloró, no se si fue por mí (me sentiría muy mal si así fuera) o porque extrañaba su casa, no lo se, esa va a ser una duda que va a persistir durante los tiempos. 
 Esa tarde es la primera vez que hablé con él, con Jamie. No me miraba a los ojos cuando hablaba, solo miraba al piso. Solo me miro a la cara cuando me quedé mirándolo para ver cómo reaccionaría, le sonreí y el suspiro con una sonrisa también. él sonreía por lo bajo, su sonrisa era tímida pero daba esa sensación de que no era una sonrisa forzada. Una sonrisa simple. Se quitaba los pelos de su flequillo que les llegaba a sus ojos muy seguidamente, con un movimiento de cabeza. 
 En la cena, su familia no estaba, todo estaba perfectamente calculado, yo iba a hablar con él y cuando llegara el segundo plato mi amiga me iría a buscar para que Jamie se percatara de su existencia. Yo fui pero ella no cumplió su parte del plan, de todas formas fue lindo sentarme con él aunque se podía notar que estaba nervioso, miraba para atrás siempre que podía y solo me dirigía la mirada cuando yo le hablaba, su voz era calma y entre tanto barullo tenías que esforzarte para oírlo y entenderlo. A la mañana siguiente cuando pasaba por su mesa para desayunar, él me soplo aire solo me dí vuelta y le dediqué una sonrisa, él lo hiso también. Eramos conocidos, por no decir amigos... Para serlo tienen que pasar cosas en las que nos damos cuenta cuanto nos importa esa persona. 
 No recuerdo bien, si diría que estoy segura sería la más mentirosa pero digamos que aquella noche sucedió algo que me puso nerviosa hasta las lagrimas, me salteé la cena y me senté en una de las hamacas que estaban en el parque enfrente del hotel. Él fue una de las primeras personas que se acercaron a mí, realmente fue muy lindo conmigo, no lo entendí, yo no había hecho nada por él para que se comportara así ¿Por qué? Últimamente todo se trata de acercarte a quien te conviene, fue todo distinto. Por primera vez en las vacaciones no me sentí invisible solo por él. Esa noche él me pidió mi facebook. 
 Atento y carismático,  a la mañana siguiente escuche "Hey There Delilah" de Plain White T's y tuve una idea muy extraña, quizá yo pueda ser su Delilah pero había un pequeño inconveniente, él tiene novia.     Sinceramente yo ya lo sabía, tiene cara de tener una. Esa tarde fuimos otra vez al lago y estaba aquel grupo y él, unos minutos antes de irnos fui a saludar, a pasar un rato con ellos, él me saludo con un gran abrazo, estuve desconcertada otra vez. De verdad lo estaba queriendo, no era algo por calentura u otra cosa, lo estaba sintiendo a él, como persona. En ese momento que había pasado de ser un conocido a ser un amigo.  
 El día que me tuve que ir, él me pidió que me sacara una foto con él. Cada vez me estaba sintiendo más y más desleal a mi amiga pero todavía no tanto. Luego de sacarnos esa foto él me miro a los ojos y extendió su mano derecha, había una pulsera de los colores de su equipo, sus únicas palabras fueron: "Para que me recuerdes..." Mi mundo se desmoronó, nunca había conocido a una persona que me tratara como una princesa creo que yo soy una persona un tanto arrogante y cuando estaba al lado de él, esa arrogancia disminuía más y más. 
 Me quede sentada a su lado mientras él miraba un partido de fútbol  y cada tanto se giraba a verme y me sonreía, era cálido  Toda su esencia hacía que quisiera abrazarlo todo el tiempo y no querer despegarme nunca de él. Creo que era un poco obvio que él no sentía lo mismo que yo ya que menciono que era como su hermana menor, no me decepciono en lo absoluto creo que yo también lo estaba sintiendo como un hermano, recién ahora me doy cuenta que no se que estoy sintiendo. 
 Los minutos pasaban y se  acercaba más la hora en la que me tenía que ir. No me importa la mayoría de las cosas pero se empezó a formar un nudo en el medio del pecho, me tenía que separar de él. Él ya era consiente de eso y me abrazaba pero por alguna razón desconocida no lo correspondía hasta que solo faltaban segundos para irme. Jamie estaba cantando una canción. Bailaba y hacía que baile yo también. ¿Cómo se puede llegar a querer tanto a alguien en cuestión de días? Nuestra despedida hace que en estos momentos me rompa en llanto pero ese momento fue perfecto, un gran abrazo y una promesa. Lo quiero.
 No lloré aunque si tenía ganas de hacerlo, pero no lo hice hasta llegar a mi casa, la canción que él estaba cantando sonó en mi cabeza todo el viaje, su sonrisa, sus ojos y su esencia. Me prometí que si él no me agregaba en facebok yo nunca lo iba a olvidar, porque al lado de él me sentí única en el mundo. 
 ¿Si es amor? No lo sé pero si puedo asegurar algo, personas como él quedan muy pocas, él si es único. Él es perfecto cuando sonríe por lo bajo, cuando te mira fijo y cuando sacude su pelo.
 Esto no es una historia de amor ni nada de eso, pero esos momentos se convirtieron en una historia que nunca me cansaría de contar.