07 diciembre, 2011

No quiero empezar a quererlo porque voy a terminar odiándolo. Odiando su perfección y su forma de hacer las cosas, sus gestos, sus besos, la manera de abrazarme, la forma en la que se ríe y como me mira perplejo, su tozudez y su asombro por el mundo. Odiando tener que extrañarlo cuando no este o ponerme nerviosa solo con pensar en el, estar feliz cuando estoy en sus brazos o quedarme sonriendo como una tonta después de cada beso. Pero lo que mas voy a odiar de todo esto, es que voy a tener que perderlo para darme cuenta de lo que encontré.